¿Cómo creamos suelos de hormigón impreso?
El primer paso para la colocación de suelos de hormigón impreso es comprobar la nivelación del terreno.
Mediante una estudio topográfico del terrero se establecen las acciones necesarias para que el pavimento posea la nivelación adecuada.
La comprobación de las pendientes de la zona a pavimentar se realiza con el objetivo de direccionar aquellas que sean necesarias para garantizar la correcta evacuación de agua en caso de lluvia, evitando así posibles encharcamientos.
La colocación de este tipo de pavimento requiere previamente de la creación de una estructura de mallazo de hierro.
Esta estructura le confiere al hormigón una dureza y sujeción máxima.
Antes de dar forma y color al hormigón impreso es necesario la colocación de al menos una losa de hormigón de 8cm.
Esto le confiere al mismo la base necesaria para poder crear así un pavimento extremadamente duradero.
El siguiente paso es dar forma y color al pavimento.
Los colores de hormigón impreso son muy variados, en cada caso previamente se debe de establecer el mismo en base a la arquitectura de la zona y gustos del cliente.
La forma del hormigón impreso también es un elemento trascendental que marcará la diferencia y dotará de personalidad al pavimento.
Cuando el pavimento de hormigón impreso se ha secado con el color y la forma escogida es necesario limpiarlo a fondo antes de llegar al último paso final.
Este proceso de limpieza es fundamental para lograr un acabado perfecto.
El acabado final del suelo requiere verter varias capas de laca resinosa de primera calidad.
Esta capa de laca o resina se trabaja por nuestro equipo de profesionales para lograr un acabado final impecable. Además, le confiere un gran nivel de protección al pavimento o suelo ya decorado previamente.
Este último paso, también se denomina “pulido de hormigón impreso”.